martes, 11 de marzo de 2014

París

Así es cómo París nos destruye despacio, deliciosamente, triturándonos entre flores viejas y manteles de papel con manchas de vino, con su fuego sin color que corre al anochecer saliendo de los portales carcomidos. Nos arde un fuego inventado, una incandescente tura, un artilugio de la raza, una ciudad que es el Gran Tornillo, la horrible aguja con su ojo nocturno por donde corre el hilo del Sena, máquina de torturas como puntillas, agonía en una jaula atestada de golondrinas enfurecidas. Ardemos en nuestra obra, fabuloso honor mortal, alto desafío del fénix. Nadie nos curará del fuego sordo, del fuego sin color que corre al anochecer por la rue de la Huchette. Incurables, perfectamente incurables, elegimos por tura el Gran Tornillo, nos inclinamos sobre él, entramos en él, volvemos a inventarlo cada día, a cada mancha de vino en el mantel, a cada beso del moho en las madrugadas de la Cour de Rohan, inventamos nuestro incendio, ardemos de dentro afuera, quizá eso sea la elección, quizá las palabras envuelvan esto como la servilleta el pan y dentro esté la fragancia, la harina esponjándose, el sí sin el no, o el no sin el sí, el día sin Manes, sin Ormuz o Arimán, de una vez por todas y en paz y basta. 

Julio Cortázar / Rayuela



miércoles, 5 de febrero de 2014

            La vida se ríe de mí. Soy débil. Lo quiero y él me quiere, pero menos. Y cuando se aleja y lo pierdo de vista al cruzar la esquina, soy incapaz de seguir andado. Me siento y lloro y me auto-compadezco. Y él vuelve y me dice, -sólo fue un momento y casi sin darme cuenta pero ya estoy aquí- y yo me olvido. Del desamparo y el desconsuelo y sobretodo de la profunda soledad, lo dejo todo en el suelo como una caquita de perro ilegal y poco cívica. 
- Haz de tripas corazón y recógela- ya sé que está caliente, que huele mal, que es una puta mierda pero... -¡Recógela!
No te das cuenta de que el fantasma de tus cobardías te sigue, cual Jansel y Gretel, guiado por las miguitas que le dejas.  







viernes, 9 de agosto de 2013

Pu.



Me despierto algo incómoda , no es mi almohada. Estoy en mi cuarto pero no  es mi almohada, raro. Me atenaza el pánico como siempre me ocurre en plena oscuridad y decido levantarme a por un poco de luz ¡Pum! dedo roto contra objeto inidentificado en emplazamiento no autorizado. Un momento... oigo tu respiración y cambio varios miles de kilómetros de latitud. No es mi cuarto, es el nuestro.

Mi fobia a la oscuridad se evapora en tu cálida presencia, es un remedio realmente eficaz. Yo, que me creo tan sólida, veo el hilo fluorescente que nos une en plena noche y sólo soy capaz de tirar lo suficiente para ir a hacer pipi, no vaya a ser que se rompa.


Brides les Bains.

Resulta que las abejas no dan tanto miedo y la nieve vale su peso en oro. Que la lluvia y el sol son de interés nacional, pero ni rastro del arcoiris. El arcoiris ha sido más listo y se ha quedado en casa con mami.

Resulta que el tiempo adquiere un sentido hasta ahora totalmente desconocido, así como el color verde. La vida se mide de veinte en veinte minutos (más bien diecisiete) y las uñas crecen cual árbol menoa custodiando un precioso tesoro. El universo sonríe desdentado sobre los picos mas altos de La Vanoise y el resto paseamos nuestra insignificancia con orgullo y cansancio por la única calle de un pueblo cualquiera de los Alpes.

Las flores no se compran, ¡se disfrutan! y salir de casa es protagonizar una película de gran presupuesto sobre el mejor de los escenarios. La gente desayuna "bonjours" con extra de sonrisa amigable. La dieta es estricta pero las aceras son anchas.

Resulta que era cierto, tus elecciones pueden sólo regirse por la caprichosa voluntad de tus designios y la felicidad gobierna ciertas tierras con manga muy ancha.Te dan un hilo, incluso te dejan elegir el color y unas bonitas tijeras (porsiacasovaya) y dibujas. Dibujas con las manos, libertad y mucho dinero. Para comprar cualquier cosa. Cualquier cosa excepto: polvos flu, trasladores, escobas voladoras, aviones todolorápidoqueyonecesito, puertas interestelares, giratiempos o en definitiva cualquier cosa con la que poder ir a casa...


martes, 5 de marzo de 2013

Mis artistas invitados. No he podido resistirme.


miércoles, 22 de agosto de 2012

Au revoir!


La palabra definitiva es casi una falta de respeto al devenir de las cosas hermosas. Como tú. Existe el cambio, el movimiento, los aviones y por consiguiente la energía cinética, potencial, las inquietudes y los parapentes. Sin embargo algo es seguro, nada de ello va a quedarse nunca quietito esperándonos. Y eso en su esencia mal no está, el problema es el escenario, la parte estática, las pistas de despegue, el punto del que se tiran los parapentes, el papel donde resuelvo mis problemas de física, esas cosas... lo que se queda viendo cómo te alejas.
Lo que te quiero decir es que… Donde ayer había un pozo hoy puede que haya una tapia o quizás un jarrón de piedra desproporcionado y bajo tierra del que brotan matojos y arbustos. No deja de ser hermoso, siempre y cuando mantengas viva su grandeza.
¿Ves por dónde voy verdad? El adiós se me antoja contigo casi una palabrota y donde ayer hubo un pequeño prado verde de ensueño rodeado de edificios blancos somníferos puede que mañana haya un recuerdo inolvidable y para hacer una excepción, tan intangible como definitivo.
Te voy a echar de menos.
 


Curioso.


La brisa soplaba y soplaba sobre el atardecer, soplaba quien quiera que sople la brisa y la empuje del todo, fuera de donde quiera que sea. Golpeaba allá abajo las alas de una tierna mariposa, golpeaba y golpeaba, se dejaba golpear y volaba con ella. Pretendía engatusar a todo objeto capaz de flotar: hoja, idea, bolsa plástica o envoltorio de caramelo brillante. Lucía sus mejores galas con aquel olor característico a mañana de domingo bien temprano, croissant recién hecho.
Era realmente un buen día para respirar bien fuerte y sin embargo al hacerlo Marie cayó al suelo quedándose por un momento sin aire. Permaneció suspendida una eternidad en una postura de lo más cómica hasta que logró aterrizar de emergencia sobre su tercer metatarso. Rotura segura, de algún que otro hueso y sin duda, de su desafortunada dignidad.
 Justo en el momento en que Pierrot pasaba por allí, qué cosas… Él se giró instantáneamente, ante el inequívoco sonido de la expectación, un silencio curioso. La brisa en cambio, le había preparado un accidente distinto, mientras Marie volaba a menos varios kilómetros por hora sobre sí misma un soplo de aire frío erizaba hasta el último vello de su cuerpo. La encontró con los ojos y algo en él también se vino abajo, rotura segura, se dijo. También cayó, pero de una forma distinta, se fraguó una batalla en su mente de al menos segundo y medio hasta que por fin se vio de forma intangible, por supuesto, rendido a sus pies.